lunes, 29 de julio de 2013

Días de mierda, si los hay.

Sé que no soy de esas personas que pueden definirse "con suerte", es más, la mayoría de las veces no creo en la suerte, sino en las volteretas del destino, que nos llevan a distintos lugares. A veces buenos, a veces malos, depende como vos los aproveches. 
Hoy no sé que fue lo que me sucedió, tal vez el destino dijo "Milena se merece putear un rato" o el universo quería desquitarse conmigo por algo que hice (el llamado "karma"). 
No sé, lo que puedo asegurar es que fue un día de mierda en todos los sentidos. Desde la primera hora de la mañana hasta las últimas horas de la noche. Un día de mierda con todas sus cosas, un día lleno de sombras, de llantos, de enojos y broncas. 
Y me guardo la sutileza, no quiero hacerme la fina, lo quiero decir a viva voz. Quiero gritarle al mundo que hoy el universo se acordó de mi y no de buena manera. 
¿Qué si estoy enojada? Más que eso, y sé que mañana esto traerá sus consecuencias en mi humor. 
Pero bueno, trataré de sonreír un poco, de ponerle color a esta ciudad gris que me dice "hoy no es tu día" esperemos que las cosas mejoren con el tiempo, sino, tendrán que aguantarse mi mal humor por más de dos días, sino toda la semana. 

sábado, 13 de julio de 2013

Ustedes, amigas.








Todos sabemos lo que es la amistad, o por lo menos, la mayoría creemos saberlo. Aunque muy pocas personas logran ponerlo en práctica, porqué, si bien parece una tarea fácil para desarrollar el ser amigo/a. 
Lo que puedo asegurar es que ellas, lo hacen espectacular. Entendieron el significado de la palabra amistad a la perfección y lo ponen en práctica todos los días, en las actividades cotidianas, que muchas veces parecen insignificantes pero suman muchisimo. 
Haberlas encontrado, fue el mayor logro. Haber ganado su confianza, su amor. 
Creo que hoy no sería la misma si no fuera por ustedes, porque en todas las enseñanzas que he tenido, ustedes están presentes. Están presentes en cada lágrima, en cada sonrisa y en cada caída, en cada logro y en cada fracaso. Están ahí, intactas en el tiempo, a mi lado, caminando codo a codo. 
Felicidad me da verlas felices, verlas sonreír. Si, soy una cursi total, pero muchas veces me doy cuenta de lo vacía que sería mi vida sin sus consejos, sin sus chistes. 
Ustedes me conocen de pe a pa, conocen mis mayores secretos, defectos y tmb virtudes. Conocen mi pensar, mi sentir. 
Ustedes son el divino tesoro que me brindó la vida. Y ruego que cualquier persona, pueda descubrir una amistad, un amor tan incondicional, como el nuestro. 

De angustias, tristezas u otras cosas.

Alguna vez alguien me dijo que buscamos en el amor del otro, poder tapar o llenar ese vacío que sentimos a menudo pero que tanto nos cuesta reconocer. 
Nos encontramos en la búsqueda de ese "alguien" que sea capaz de lograr que ese vacío ya no exista, y en ir y venir de esa gran búsqueda nos encontramos con pequeños parches... Sirven por un tiempo, de eso estoy segura, sentimos que curan una herida en nuestro interior. Pero una vez que ese parche se gasta, el vacío vuelve y esta vez un poco más grande. ¿Por qué? Porqué ese vacío ya existente, por falta de amor, de afecto, que teníamos desde un comienzo, ahora se le agrega el vacío que ha dejado aquella persona al alejarse, y con él también llevarse ese amor o cariño que tan bien nos hacía. 
Buscamos refugios en amigos, familiares y sentimos que todo vuelve a tener sentido en nuestras vidas, que ese vacío u opresión que sentimos en el pecho es solamente producto de la angustia que nos consume, angustia que según nosotros se nos pasara con un buen momento. 
Pero no, nos equivocamos enormemente, si bien esos buenos momentos son esenciales para poder ir curándonos, no logran que aquel dolor que nos oprime se esfuma. 
No sé como hacer, no tengo la receta justa para aliviar la tristeza, el dolor o la angustia. No sé tal vez ni de dónde provenga, tal vez sea la angustia de estar vivos que tanto nos aqueja. Tal vez sea el no encontrarle sentido a nuestros días lo que nos deja ese vacío. 
Lo único que sé es que debemos aprender a sobrevivir.